El análisis sobre la historia del
concepto de “lo juvenil”
Al analizar el desarrollo
histórico de la noción de juventud, pude
detectar que existe una constante que refleja la situación de las juventudes a
lo largo de la historia, ésta condición
es la aprobación social a lo largo del tiempo que han tenido los adultos
en la concepción de vida de los jóvenes.
Podemos ver que en cada uno de los “Modelos de juventud” aparece la figura
autoritaria de los adultos en el definición de los roles de los jóvenes. No
existe un reconocimiento de las propias concepciones, intereses y visiones de
los jóvenes, no veo que en los modelos de juventud aparezcan las reflexiones de
los propios jóvenes sobre su forma de ser y estar en las sociedades, permanece
una idea preconcebida de lo que los jóvenes son y deben hacer. Esta constante
me parece que es clave para definir el rol social y las condiciones en las que
se han desarrollado las juventudes a lo largo de la historia. Las imágenes
culturales con las que conviven los jóvenes en los cuatro modelos de juventud
(púberes, efebos, mozos y muchachos) son el reflejo de las “nociones” de los
adultos, siempre actuando a través de la mirada del adulto. Por tal motivo el concepto de “lo juvenil”
viene cargado de valores sociales preestablecidos por las sociedades y por la
influencia de las generaciones adultas. La percepción de que los niños y los
jóvenes no tenían fases concretas de desarrollo pudo ser producto de la movilidad
social.
Condiciones para que surja “lo juvenil”
Respecto de los cuatro cambios
fundamentales en las instituciones que influenciaron la construcción de la
juventud, me parece que tienen que ver con la “interrelación de condiciones y
fenómenos”; condiciones que son propias de lo juvenil y fenómenos que
influenciaron directamente el rol de los
jóvenes. La familia, la escuela, el
ámbito laboral y la legislación se convierten en la base para la elaboración de
un concepto más acabado sobre juventud, pero sobre todo y como lo dice la
lectura “son la base para la construcción de políticas públicas”.
Los cambios en la familia son,
desde mi punto de vista los que mayor impacto han tenido en la construcción del
concepto de “lo juvenil”. Al dejar la educación familiar para sustituirla por
la educación escolar se pierde la claridad en lo que los jóvenes querían,
buscaban o sentían, para asumir entonces lo que los jóvenes “deben ser”, “deben
saber” y “deben conocer”, una vez más la
visión del adulto es al que predomina y definiendo con ello que “lo joven” no
era tan claro antes de insertarlo en la institución escolar pues esto
contribuye a que la definición de “lo joven” se asocie a los cambio en la
escuela que tiene que ver con un sistema “ disciplinario, productivo y
empresarial” tal y como lo define la lectura además de propiciar un segregación
entre los jóvenes que podían estar dentro de las escuela y los que no. Me
gustaría detenerme aquí para comentar lo que hasta este momento pude discernir
y conocer, ya que gracias esta reflexión pude identificar como es que la
ruptura entre “un tipo de joven y “otro
muy diferente” se llevó a cabo a los largo de la historia. No tenía claro la
entre los jóvenes de la clase burguesa y los jóvenes campesinos, artesanos y
proletarios.
Respecto de los cambios en la
“campo laboral” y en la “legislación” me parece que siguen siendo producto de
las condiciones sociales en las que la juventud se ha desarrollado, pues son
cambios que han sido influenciados las transformaciones económicas que dejan
clara las desventajas de los jóvenes ante los modos de producción, la
experiencia, la especialización y el
poder económico de los adultos ante los jóvenes, sigue prevaleciendo una visión
del adulto como centro de las cosas. Vale la pena detenerse en los cambios a la
legislación y tener con cuenta que estos, se generaron no como un piso base de
derechos para los jóvenes en igualdad de condiciones, sino como jóvenes
“incompletos” como lo dice la lectura, una legislación llena de “paternalismo,
represión y corrección”, si bien reconoce una categoría distinta en la edad, la
visión de ampliar los talentos de los
jóvenes era muy reducida. Lo define muy
bien la lectura en el siguiente párrafo “De esta manera, al sujeto joven se le
ubica en los linderos de la esfera de lo privado (la familia) y de lo público
(la producción) y se le sitúa en "tierra de nadie". Al separarse así
a la juventud de la sociedad, se le encierra en un periodo de libre
flotación/turbulencia emocional cuando es un problema creado por la segregación
social que, a su vez, crea problemas a la juventud, en tanto la convierte en
dependiente jurídica, moral y económicamente”.
Las realidades latinoamericanas
Como lo establece la lectura,
“Durante la primera mitad del siglo xx, este concepto de adolescencia se
democratiza: los rasgos se extienden progresivamente a las muchachas, a los
obreros, a las zonas rurales y a los países no occidentales”. Aunado a ello, el hecho de que los jóvenes de
la burguesía contaran con un periodo de tiempo mayor en las escuelas y los
jóvenes obreros no tuvieran oportunidad de estar el mismo tiempo en las
instituciones de educación se vio reflejado también en los países de
Latinoamérica, me parece que la familia, la escuela y el ámbito laboral fueron
instituciones clave en la conformación del mundo de lo juvenil en América
Latina.
Para la reflexión sobre “lo
joven” en América Latina me concentré en la lectura “Generación XX. Teorías sobre la juventud en
la era contemporánea” de Carles Feixa, me parece importante su análisis pues
define algunas diferencias entre las teorías de la Europa occidental y el
concepto de “lo joven” en América Latina,
en este sentido algunas de las características de la juventud en América
Latina se argumenta en algunos elementos como lo es “la emergencia de una nueva cultura
juvenil”. Describiré algunos datos del
artículo de Carles Feixa que me parecen
relevantes:
1- En América Latina, el comienzo de la atención teórica
hacia los jóvenes se remonta a las primeras décadas del siglo XX.
2- Preocupan sólo “los” jóvenes (masculinos, de las elites y
mesocracias ilustradas) como discípulos, con una misión iluminista. Este
proceso se verá interrumpido por el arribo y legitimidad del positivismo en las
ciencias sociales, particularmente en la psicología. Así, ya desde la década de
los años treinta, aparece la figura de Aníbal Ponce como “cientista social”
emblemático, con las obras Sicología de la adolescencia (1938) y Ambición y
angustia de los adolescentes (1939). Sus planteamientos convergen con la
mayoría de la investigaciones que se estaban desarrollando en Estados Unidos y
Europa desde principios de siglo en ese campo disciplinario (la influencia más
notable es la obra de S. G. Hall).
La lectura del artículo de Feixa,
me permitió reflexionar en torno a las diferentes formas de analizar las
teorías de “lo joven” y como es que en América latina los teóricos del tema analizaron desde el lugar
de los jóvenes como sujetos sociales, poniendo mayor énfasis en el sujeto como
actor pensante, propositivo y reaccionario más que en la visión de las
instituciones sobre el joven (familia, escuela, ámbito laboral y legislación)
como una especia de sujeto al cual habría que adoctrinar en ciertos temas.
Quedará pendiente confirmar ésta hipótesis a los largo del diplomado, por ahora
creo que en términos de segregación juvenil, la familia como institución en
América Latina tuvo la misma influencia en los jóvenes que en Europa, solo que
en condiciones más marcadas debido a la desigualdad existente en esta región a
los largo de la historia. Asimismo creo que el papel de las escuelas como
instituciones de demanda del desarrollo para los jóvenes también ha sido un factor clave en América Latina
pues ha sido señalada como la base para el ascenso en la escala social sin
embargo el papel de los jóvenes ante el derecho a la educación fue determinante
para la concepción de escolar en América Latina, en cuanto al ámbito laboral y de legislación,
creo que ha sido producto del “funcionamiento social de la juventud” y de igual
forma tiene coincidencias tal es el caso del papel de la mujeres ya que tanto
en Europa como en América Latina estuvieron desplazadas de toda concepción del
“lo joven”.
Finalmente la reflexión sobre la
juventud y sus condiciones están sujetas a una base institucional social que a
lo largo de la historia ha influido en lo que hoy forma parte de las
juventudes, podemos ver que dicha base social sigue vigente, la familia, la
escuela, lo laboral y la legislación son temas que siguen influenciando la
forma en como construimos las nociones sobre lo joven, con ello he podido definir
y conocer una base institucional fundamental para el estudio de las
juventudes.